En la Ciudad de México, al igual que los municipios, españoles lo más importante era la organización de la vida económica. En el año de 1523 los herreros pidieron permiso para formar un gremio, asociación de hombres del mismo trabajo (artesanos, mercaderes o profesionistas) unidos para lograr beneficios para su grupo.
El propósito de la asociación gremial era el de proteger a sus miembros de la competencia y al publico de las mercancías de poca calidad, las ordenanzas limitaban el ejerció del oficio a los miembros del cuerpo y les obligaban a llenar ciertos requisitos técnicos en la manufactura de los productos.
Si por una parte los gremios limitaron el ejercicio de un oficio a sus miembros y perjudicaron a los trabajadores no afiliados, por otra dieron reconocimiento y protección legal a los obreros frente al gobierno y al público, los artesanos se agruparon en cofradías, organizaciones religiosas paralelas a los gremios, para atender a sus hermanos menesterosos, ancianos, enfermos o lisiados para fomentar la piedad y el culto, dentro de este sistema gremial ocupaban un lugar los maestros de primeras letras, los cuales disfrutaban fueros adicionales otorgados por los reyes a los maestros españoles, que se desprendían de la tradición del estado español de reconocer de una manera especial la importancia y dignidad de la profesión magisterial. La idea de limitar la profesión de primeras letras a los españoles se debía no solo al deseo de mantener un monopolio para su raza, si no a la creencia de que maestros de color quebrado, arriesgarían la educación moral y religiosa de los niños.
El propósito de la asociación gremial era el de proteger a sus miembros de la competencia y al publico de las mercancías de poca calidad, las ordenanzas limitaban el ejerció del oficio a los miembros del cuerpo y les obligaban a llenar ciertos requisitos técnicos en la manufactura de los productos.
Si por una parte los gremios limitaron el ejercicio de un oficio a sus miembros y perjudicaron a los trabajadores no afiliados, por otra dieron reconocimiento y protección legal a los obreros frente al gobierno y al público, los artesanos se agruparon en cofradías, organizaciones religiosas paralelas a los gremios, para atender a sus hermanos menesterosos, ancianos, enfermos o lisiados para fomentar la piedad y el culto, dentro de este sistema gremial ocupaban un lugar los maestros de primeras letras, los cuales disfrutaban fueros adicionales otorgados por los reyes a los maestros españoles, que se desprendían de la tradición del estado español de reconocer de una manera especial la importancia y dignidad de la profesión magisterial. La idea de limitar la profesión de primeras letras a los españoles se debía no solo al deseo de mantener un monopolio para su raza, si no a la creencia de que maestros de color quebrado, arriesgarían la educación moral y religiosa de los niños.
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